REPSI - Revista
Ecuatoriana de Psicología
Volumen 8, Número 20, enero-abril 2025
ISSN: 2661-670X
ISSN-L: 2661-670X
pp. 187 - 199
Aptitudes
atencionales y su relación con la calidad de sueño en adolescentes
Attentional skills
and their relationship with sleep quality in adolescents
Competências de
atenção e sua relação com a qualidade do sono em adolescentes
Lenin
Marcelo Lara Lomas
llaral2@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0009-0008-8740-701X
Jenny
Estefanía Quintana Asimbaya
jquintana1@utmachala.edu.ec
https://orcid.org/0009-0004-3743-7924
Carmen
Graciela Zambrano-Villalba
czambranov@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-4189-3509
Universidad Estatal de Milagro. Quito,
Ecuador
Artículo recibido 19 de noviembre 2024 |
Aceptado 30 de diciembre 2024 | Publicado 29 de enero 2025
RESUMEN
La atención y la calidad del sueño son esenciales
para el rendimiento académico y el bienestar de los estudiantes. La
investigación tuvo como objetivo analizar la relación entre las aptitudes
atencionales y la calidad del sueño en adolescentes de octavo y noveno año de
Educación General Básica Superior en Ecuador. Se adoptó un enfoque
cuantitativo, descriptivo, no experimental, transversal y correlacional. La
muestra se conformó por 147 alumnos de 12 y 13 años. Se aplicaron dos
cuestionarios, el test de Caras-R y el de Bruni. Los resultados revelaron que
la mayoría de los escolares presentan niveles "Medios" en atención e
impulsividad. Además, que un porcentaje significativo duerme menos de lo
recomendado, y más de la mitad presenta posibles dificultades para dormir.
Aunque no se encontró una correlación significativa entre las variables, los
problemas de sueño son comunes en esta población. Se concluye que, es necesario
promover hábitos de sueño saludables.
Palabras
clave:
Atención; Alteraciones del sueño; Calidad de sueño; Concentración; Impulsividad
ABSTRACT
Attention and sleep quality are essential for
academic performance and student well-being. The aim of this research was to
analyze the relationship between attention skills and sleep quality in
adolescents in the eighth and ninth year of Basic Higher General Education in
Ecuador. A quantitative, descriptive, non-experimental, cross-sectional and
correlational approach was adopted. The sample consisted of 147 students aged
12 and 13. Two questionnaires were applied, the Caras-R test and the Bruni
test. The results revealed that most of the students have "Medium"
levels of attention and impulsivity. In addition, a significant percentage
sleep less than recommended, and more than half have possible difficulties
sleeping. Although no significant correlation was found between the variables,
sleep problems are common in this population. It is concluded that it is
necessary to promote healthy sleep habits.
Key
words:
Attention; Sleep disorders; Sleep quality; Concentration; Impulsivity
RESUMO
Atenção e sono de qualidade são essenciais
para o desempenho acadêmico e o bem-estar dos alunos. O objetivo deste estudo
foi analisar a relação entre habilidades atencionais e qualidade do sono em
adolescentes do oitavo e nono ano do Ensino Básico Geral Superior no Equador.
Foi adotada uma abordagem quantitativa, descritiva, não experimental,
transversal e correlacional. A amostra foi composta por 147 estudantes com
idades entre 12 e 13 anos. Foram aplicados dois questionários, o teste de
Caras-R e o teste de Bruni. Os resultados revelaram que a maioria dos escolares
apresenta níveis "médios" de atenção e impulsividade. Além disso, uma
porcentagem significativa dorme menos do que o recomendado e mais da metade tem
possíveis dificuldades para dormir. Embora não tenha sido encontrada correlação
significativa entre as variáveis, problemas de sono são comuns nessa população.
Conclui-se que é necessário promover hábitos de sono saudáveis.
Palavras-chave: Atenção;
Distúrbios do sono; Qualidade do sono; Concentração; Impulsividade
INTRODUCCIÓN
La atención es un proceso cognitivo complejo
que implica múltiples redes neuronales del cerebro, cuya función principal es
seleccionar y enfocarse en un estímulo específico. Esto permite el
procesamiento de información desde lo simple hasta lo complejo. En entornos
educativos, los procesos atencionales son cruciales y están directamente
relacionados con el rendimiento académico (Resett, 2021). Además, Chaves y
Yáñez (2021) definen la atención como una asignación de energía hacia ciertos
estímulos o eventos en función de su intensidad y variabilidad dentro del
entorno.
Además, Vera y Mendoza (2024) consideran la
atención como un proceso cognitivo crucial para estimular el aprendizaje de los
estudiantes. Para optimizar este proceso, es necesario tener en cuenta factores
como el entorno de aprendizaje, la fatiga, el estrés y la motivación. Teorías
como el modelo de atención selectiva de Broadbent proporcionan un marco
conceptual valioso para comprender cómo funciona la atención. Debido a su
importancia, Machado et al. (2021) considera que los docentes deben
profundizar de forma continua en las bases anatómicas y funcionales,
psicológicas y pedagógicas que sustentan el desarrollo de la atención en clase.
Junto al desarrollo de la concentración, el
proceso de aprendizaje también se ve influenciado por varios factores que
afectan su consolidación, entre los cuales la calidad del sueño juega un papel
significativo. Suardiaz et al. (2020) resaltan que la calidad del sueño
puede considerarse como uno de los factores protectores clave para estudiantes
escolarizados y que tiene un impacto directo en el rendimiento académico.
Debido a su importancia en este contexto, Fabres y Moya (2021) señalan que ha
llevado al surgimiento de nuevas áreas dentro de la salud, como el desarrollo
de la medicina del sueño, parte integral de estudios clínicos que destacan sus
notables beneficios para el ser humano.
Asimismo, la calidad del sueño también es
crucial para mantener un estado óptimo de salud física y psicológica. Corredor
y Polanía (2020) destacaron la importancia de dormir las horas recomendadas
según la edad y etapa evolutiva, pues esto incide de manera directa en la
calidad de vida. Además, Guadamuz et al. (2022) destacan que alteraciones
significativas en este proceso natural pueden llevar a trastornos que requieren
atención médica, lo cual puede incluir o no tratamiento farmacológico.
Debido a la relevancia que tiene tanto la
atención de los estudiantes como su calidad de sueño en el proceso de aprendizaje,
resulta significativo determinar la relación entre estas variables. El análisis
exhaustivo de estas temáticas permite crear un sustento teórico sólido que
contribuya a la comunidad científica con nuevos conocimientos y ofrezca
herramientas prácticas para mejorar el rendimiento académico y el bienestar
general de los alumnos. Es por ello que esta investigación tuvo como objetivo
analizar la relación entre las aptitudes atencionales y la calidad del sueño en
adolescentes de octavo y noveno año de Educación General Básica Superior en una
institución educativa particular del Ecuador.
MÉTODO
El diseño de esta investigación se fundamenta
en un estudio cuantitativo, descriptivo, no experimental y de corte transversal
con un enfoque correlacional. Este enfoque metodológico fue seleccionado porque
permite medir los niveles de aptitudes atencionales y calidad del sueño en un
momento específico, así como explorar si existe una relación significativa
entre estas variables. La elección de este diseño se justifica por su capacidad
para proporcionar una visión detallada del estado actual de las variables
estudiadas sin manipularlas de forma intencional, lo cual es ideal para
identificar patrones o asociaciones naturales entre ellas.
La población objeto de estudio estuvo
compuesta por estudiantes que asisten a educación formal regular en una
institución educativa particular. La muestra fue seleccionada mediante un
muestreo no probabilístico, en el que se consideraron como criterios de
inclusión ser alumnos de octavo y noveno año de Educación General Básica
Superior, con edades comprendidas entre 12 y 13 años, sin distinción de género.
Además, era requisito indispensable contar con el consentimiento informado
firmado por sus representantes legales. Finalmente, la muestra quedó conformada
por un total de 147 escolares: 71 pertenecientes al octavo año y 76 al noveno
año.
Para la recopilación de información, se
utilizaron dos instrumentos estandarizados que cuentan con alta fiabilidad y
validez. El primero fue el test Caras-R (Thurstone y Yela, 2012), diseñado para
evaluar los niveles de atención. Este test se puede aplicar tanto individual
como grupalmente y está indicado para niños y adolescentes entre 6 y 18 años de
edad cronológica, lo que abarca estudiantes desde educación primaria hasta
bachillerato. Su objetivo principal es evaluar las aptitudes relacionadas con
la percepción rápida y precisa de semejanzas y diferencias, con un enfoque
especial en la atención sostenida. Se realizó un análisis de fiabilidad
mediante el coeficiente alfa de Cronbach, donde se obtuvo un resultado
aceptable de 0,759.
El segundo instrumento utilizado para
recopilar datos fue el cuestionario de Bruni et al. (1996), conocido en su
idioma original como Sleep Disturbance Scale for Children (SDSC), tiene como
objetivo identificar diversas alteraciones del sueño. Estas incluyen posibles
trastornos del inicio y mantenimiento del sueño, trastornos respiratorios del
sueño, trastornos de la excitación del sueño, trastornos de la transición entre
el sueño y la vigilia, trastornos de somnolencia excesiva, e hiperhidrosis
durante el sueño. Este instrumento está estructurado en 26 ítems con una escala
tipo Likert. El SDSC está adaptado para aplicarse a niños entre 6 y 15 años de
edad cronológica. Esta validación asegura que los resultados proporcionen datos
precisos para su posterior análisis.
Es importante destacar que este instrumento
debe ser aplicado de forma directa a los padres de familia, representantes o
cuidadores primarios del evaluado. Para garantizar la validez y confiabilidad
del cuestionario, se realizó un análisis mediante el coeficiente alfa de
Cronbach, obteniéndose un resultado de 0,850, lo cual indica un alto nivel de
confiabilidad. Además, esta escala cuenta con puntos de corte que permiten
identificar posibles alteraciones del sueño; los puntajes más altos señalan un
mayor riesgo, mientras que los más bajos indican ausencia de dificultades. Por
otro lado, es crucial enfatizar que las respuestas al cuestionario deben
basarse en observaciones realizadas durante los últimos seis meses.
Para analizar los resultados obtenidos, se
empleó la estadística descriptiva. Se calcularon frecuencias absolutas y
relativas con el fin de resumir y describir las características generales de
los datos recopilados. Además, se realizó un análisis estadístico inferencial
mediante el coeficiente de correlación Rho de Spearman, un método no
paramétrico adecuado para verificar las relaciones entre las variables
"aptitudes atencionales" y "calidad del sueño". El
procesamiento de la información se llevó a cabo mediante el software SPSS
versión 26 para Windows.
RESULTADOS
Y DISCUSIÓN
Tras la aplicación de los cuestionarios, se
realizó un proceso sistemático de tabulación de las respuestas. La Tabla 1
resume los resultados correspondientes al nivel de Eficacia Atencional (A_E).
En ella se observa que la mayoría de los estudiantes se concentran en la
categoría "Medio", con un porcentaje del 49 % del total. Este nivel es
ligeramente más frecuente en el noveno año (25,8 %) que en el octavo (23,2 %).
Las categorías extremas "Muy bajas” y “Muy altas" son menos comunes,
lo que representa el 4,8 % y el 2,7 %, respectivamente. Estos hallazgos indican
que los niveles de atención tienden a agruparse en rangos intermedios. Además,
no se detectan diferencias significativas entre ambos años académicos; esto
indica una distribución homogénea de los niveles atencionales entre ambos
grupos.
Tabla 1. Niveles
de eficacia atencional.
Nivel |
Eficacia Atencional (A_E) |
|||||
Octavo año |
Noveno año |
Total |
||||
f |
% |
f |
% |
f |
% |
|
Muy bajo |
4 |
2,7 |
3 |
2,0 |
7 |
4,8 |
Bajo |
1 |
0,7 |
5 |
3,4 |
6 |
4,1 |
Medio bajo |
6 |
4,1 |
8 |
5,4 |
14 |
9,5 |
Medio |
34 |
23,2 |
38 |
25,8 |
72 |
49 |
Medio alto |
9 |
6,1 |
9 |
6,1 |
18 |
12,2 |
Alto |
14 |
9,5 |
12 |
8,2 |
26 |
17,7 |
Muy alto |
3 |
2 |
1 |
0,7 |
4 |
2,7 |
Total |
71 |
48,3 |
76 |
51,7 |
147 |
100 |
Los resultados sobre los niveles de control de
la impulsividad entre los estudiantes se presentan en la Tabla 2. En ella se
observa que la mayoría de los escolares (72,8 %) se encuentran en el rango
"Medio", lo que indica que un gran porcentaje tiene un control
promedio sobre sus impulsos. Sin embargo, también se detectan porcentajes más
bajos en las categorías "Muy bajo" (4,1 %) y "Bajo" (8,2
%), lo que refleja que una proporción considerable de alumnos experimentan
dificultades para controlar sus impulsos.
Tabla 2. Niveles
de control de la impulsividad.
Nivel |
Control de la impulsividad (CI) |
|||||
Octavo año |
Noveno año |
Total |
||||
f |
% |
f |
% |
f |
% |
|
Muy bajo |
3 |
2 |
3 |
2 |
6 |
4,1 |
Bajo |
7 |
4,8 |
5 |
3,4 |
12 |
8,2 |
Medio bajo |
9 |
6,1 |
14 |
9,5 |
23 |
15,6 |
Medio |
52 |
35,4 |
54 |
36,7 |
106 |
72,8 |
Total |
71 |
48,3 |
76 |
51,7 |
147 |
100 |
En cuanto al tiempo de sueño de los
estudiantes, se obtuvo como resultado que la mayoría (46,9 %) duerme entre 7 y
8 horas por noche, mientras que un 25,2 % lo hace entre 8 y 9 horas. Sin
embargo, un porcentaje significativo (21,8 %) duerme solo entre 5 y 7 horas
diarias. Esto podría tener implicaciones negativas en su rendimiento académico
debido a la falta de descanso adecuado. Lo más preocupante es que el 2 % de los
alumnos duermen menos de cinco horas al día. Esta situación puede tener graves
consecuencias tanto para su salud física como para sus capacidades cognitivas,
pues el sueño insuficiente está asociado con problemas de concentración y
memoria.
Respecto al tiempo que tardan los estudiantes
en conciliar el sueño, se encontró que la mayoría (49 %) logra dormirse en
menos de 15 minutos. Esto indica que tienen una buena capacidad para iniciar el
sueño rápidamente. Además, un 39,5 % tarda entre 15 y 30 minutos, lo cual
también se considera dentro del rango normal. Sin embargo, un porcentaje
significativo (11,5 %) tarda más de 30 minutos en dormirse. Esta dificultad
para iniciar el sueño podría indicar problemas subyacentes relacionados con la
calidad del sueño o con factores ambientales o psicológicos que afectan su
capacidad para relajarse antes de dormir.
En la Tabla 3, se presentan los resultados de
"Inicio y mantenimiento del sueño", con un puntaje promedio de 12,51
(rango: 7-28) y una desviación estándar de 3,637. Aunque los puntajes más bajos
indican mejor calidad del sueño, el valor promedio indica que algunos
estudiantes podrían enfrentar dificultades moderadas. La alta desviación
estándar muestra variabilidad significativa entre los alumnos; algunos tienen
una calidad del sueño mejor o peor que el promedio.
Además, en la Tabla 3 se presentan los
resultados para la dimensión "Problemas respiratorios", con una media
de 4,33 y un rango que va desde 3 hasta 14. La desviación estándar es de 1,814.
Al considerarse que el punto de corte es 3,77, se puede inferir que los
estudiantes promedian una leve preocupación por problemas respiratorios. Sin
embargo, dado que la media solo supera ligeramente este umbral crítico (3,77),
es probable que la mayoría no experimente problemas respiratorios graves. La
desviación estándar relativamente alta indica una dispersión considerable en
los datos; esto refleja que algunos alumnos podrían reportar problemas
respiratorios más serios mientras otros no presentan dificultades
significativas.
Sobre los resultados para la dimensión
"Desórdenes del Arousal" muestran una media de 4,18, con un rango que
oscila entre 3 y 11. La desviación estándar es de 1,654. Dado que el punto de corte
es 3,29, se puede concluir que en promedio los estudiantes obtienen
puntuaciones superiores a este valor. Esto indica que algunos alumnos
experimentan leves desórdenes del arousal; sin embargo, la mayoría de las
puntuaciones no son extremadamente altas. La desviación estándar relativamente
alta refleja una variabilidad considerable entre los escolares: mientras
algunos presentan mayores dificultades relacionadas con el arousal, otros no
enfrentan problemas significativos.
En cuanto a la dimensión "Tránsito
vigilia/sueño", los resultados presentados en la Tabla 3, muestran una
media de 10,01, con un rango que oscila entre 6 y 24. La desviación estándar es
de 3,488. Dado que el punto de corte es 8,11 y las puntuaciones promedio
superan este valor, se puede inferir que muchos estudiantes experimentan
dificultades en la transición entre el estado de vigilia y el sueño. Además, la
desviación estándar relativamente alta indica una variabilidad significativa en
las respuestas; esto indica que mientras algunos alumnos enfrentan mayores
problemas con esta transición, otros no presentan dificultades tan
pronunciadas.
En relación a los resultados de la dimensión
"Somnolencia" presentan una media de 9,12, con un rango que va desde
5 hasta 21 y una desviación estándar de 3,410. Dado que el punto de corte es
7,11 y las puntuaciones promedio superan este valor, se puede inferir que
muchos estudiantes experimentan somnolencia durante el día. Esto podría tener
un impacto negativo en su rendimiento académico y bienestar general. La
desviación estándar relativamente alta indica variabilidad en las respuestas;
esto significa que mientras algunos alumnos están más afectados por la
somnolencia diurna, otros lo están menos.
Los resultados de la dimensión
"Hiperhidrosis del sueño" presentan una media de 2,65, con un rango
que oscila entre 2 y 8. La desviación estándar es de 1,215. Dado que el punto
de corte es 2,87 y las puntuaciones promedio están por debajo de este valor, se
puede concluir que la mayoría de los estudiantes no experimentan dificultades
significativas relacionadas con la hiperhidrosis durante el sueño. Además,
aunque existe cierta variabilidad en las respuestas según la desviación
estándar, en general los alumnos tienden a mantenerse dentro de un rango bajo
en cuanto a problemas de sudoración nocturna.
Finalmente, la valoración global del sueño
como se muestra en la Tabla 3 tiene una media de 42,80, con un rango que oscila
entre 27 y 85. La desviación estándar es de 10,69. Dado que el punto de corte
es 39 y las puntuaciones promedio superan este valor significativamente, se
puede inferir que muchos estudiantes podrían experimentar dificultades en la
calidad de su sueño. Además, la desviación estándar relativamente alta indica
una variabilidad considerable entre los participantes; esto indica que mientras
algunos enfrentan mayores dificultades con el sueño en comparación con otros,
la mayoría parece estar por encima del umbral crítico de 39. Esto podría
reflejar problemas potenciales en la calidad del sueño para gran parte del
grupo.
Tabla 3. Calidad
de sueño.
Dimensiones |
N |
Mínimo |
Máximo |
Media |
Desv. estándar |
Inicio y mantenimiento de sueño |
147 |
7 |
28 |
12,51 |
3,637 |
Problemas respiratorios |
147 |
3 |
14 |
4,33 |
1,814 |
Desórdenes del Arousal |
147 |
3 |
11 |
4,18 |
1,654 |
Tránsito vigilia/sueño |
147 |
6 |
24 |
10,01 |
3,488 |
Somnolencia |
147 |
5 |
21 |
9,12 |
3,41 |
Hiperhidrosis del sueño |
147 |
2 |
8 |
2,65 |
1,215 |
Global |
147 |
27,00 |
85,00 |
42,79 |
10,69 |
En cuanto a las posibles alteraciones del
sueño, la Tabla 4 revela que en una población de adolescentes de 12 y 13 años,
el 41,5 % (61 adolescentes) no reporta dificultades para dormir, lo que indica
una calidad de sueño adecuada. Sin embargo, un porcentaje significativo del
58,5 % (86 adolescentes) presenta posibles dificultades para dormir. Esto
podría indicar patrones de sueños insuficientes o inadecuados para su edad.
Dado que el sueño es esencial durante esta etapa crítica del desarrollo
adolescente, estas dificultades podrían influir de manera negativa en aspectos
clave como el rendimiento académico, la atención concentrada y selectiva
necesaria para aprender eficazmente, el estado emocional y el desarrollo
físico.
Este hallazgo destaca la importancia de
investigar los factores subyacentes que contribuyen a estas dificultades (como
estrés académico elevado debido a exámenes o tareas pendientes, uso excesivo de
dispositivos electrónicos antes de acostarse o cambios hormonales propios de la
adolescencia). Al comprender estos factores se pueden diseñar intervenciones
efectivas dirigidas a promover hábitos saludables relacionados con el sueño
entre esta población.
Tabla 4. Posibles
alteraciones del sueño.
|
N |
% |
Ausencia de dificultad del sueño |
61 |
41,5 |
Posible dificultad del sueño |
86 |
58, |
También se exploró la relación entre las
alteraciones del sueño y las aptitudes atencionales, los resultados se
mostraron en la Tabla 5. En ellos se puede apreciar que la correlación entre la
Eficacia Atencional (A_E) y el índice global de alteraciones del sueño es
negativa pero no significativa (r = -0,042; p = 0,616). De manera similar, la
relación entre el Control de Impulsos (CI) y dicho índice también es negativa,
aunque no significativa (r = -0,038; p = 0,644). Aunque las correlaciones
tienen el signo esperado —al indicar que menores problemas de sueño podrían
asociarse con mejores aptitudes atencionales— su falta de significatividad
estadística indica que no existe una conexión clara entre los problemas de
sueño y las aptitudes atencionales en esta muestra.
Al partirse de este análisis general, futuras
investigaciones deberían considerar factores más específicos como hábitos de
sueño saludables o insaludables, uso excesivo o moderado de dispositivos
electrónicos antes del descanso nocturno, estrés académico debido a presión
para rendir bien en exámenes importantes, o incluso cambios hormonales propios
de la adolescencia. Incorporar estos factores podría ayudar a identificar
variables directamente asociadas con esta relación e incrementar nuestra
comprensión sobre cómo el patrón del sueño influye en las capacidades
cognitivas durante este período crítico.
Tabla 5.
Correlación entre alteraciones del sueño y aptitudes atencionales.
|
A_E |
CI |
Global |
||
Rho de Spearman |
A_E |
Coeficiente de correlación |
1,000 |
,263** |
-,042 |
Sig. (bilateral) |
. |
,001 |
,616 |
||
N |
147 |
147 |
147 |
||
CI |
Coeficiente de correlación |
,263** |
1,000 |
-,038 |
|
Sig. (bilateral) |
,001 |
. |
,644 |
||
N |
147 |
147 |
147 |
||
Global |
Coeficiente de correlación |
-,042 |
-,038 |
1,000 |
|
Sig. (bilateral) |
,616 |
,644 |
. |
||
N |
147 |
147 |
147 |
Discusión
Los resultados de este estudio revelan que la
mayoría de los estudiantes evaluados se ubican en un nivel "Medio"
tanto en eficacia atencional como en control de la impulsividad (Tablas 1 y 2),
lo que indica un desarrollo típico en estas áreas cognitivas para la muestra en
general. Sin embargo, es importante destacar que una proporción minoritaria,
aunque significativa, presenta niveles "Muy bajos" o
"Bajos" en ambas dimensiones. Esta observación podría indicar que un
subgrupo de alumnos enfrenta dificultades sustanciales que podrían impactar
negativamente en su desempeño académico. En este sentido, estos hallazgos se
alinean con la investigación de Bustillos et al. (2024), quienes
encontraron una relación entre la atención selectiva y el aprendizaje de los estudiantes.
Asimismo, Ruiz et al. (2024) reportaron una asociación significativa entre
la edad, el grado escolar y la atención sostenida, lo que refleja que, a mayor
edad y grado escolar, mayor es la capacidad de atención sostenida. Estas
conexiones resaltan la importancia de abordar las dificultades atencionales en
etapas tempranas para promover un desarrollo académico óptimo.
El análisis de los patrones de sueño de los
estudiantes reveló una situación heterogénea. Aunque la mayoría reporta dormir
entre 7 y 9 horas, lo cual se considera adecuado para esta etapa de la vida,
una proporción significativa duerme menos de 7 horas, e incluso un pequeño
porcentaje duerme menos de 5 horas. Esta privación de sueño es preocupante,
pues se asocia con dificultades en la atención, la memoria y la regulación
emocional, lo que resalta la necesidad de abordar este problema. Estos
hallazgos son consistentes con la investigación de Henríquez et al. (2022)
en adolescentes chilenos, donde se encontró que el 81,9 % de los estudiantes
presentaban problemas con sus rutinas de sueño. Además, estos autores
evidenciaron una asociación entre los problemas de sueño, un menor rendimiento
escolar y una peor percepción de las funciones cognitivas, lo que refuerza la
importancia de asegurar un descanso adecuado para optimizar el desarrollo
cognitivo y académico.
En el presente estudio se encontró que,
aunque la mayoría de los estudiantes se duerme relativamente rápido, un
porcentaje significativo tarda más de 30 minutos en conciliar el sueño. Esto
indica posibles dificultades para iniciar el sueño y refleja problemas
potenciales en la calidad del descanso nocturno. Este hallazgo es consistente
con los resultados reportados por Baiden et al. (2019), quienes
demostraron que tres de cada cuatro adolescentes duermen menos de ocho horas
diarias. Esta evidencia destaca la importancia crucial de promover hábitos
saludables relacionados con el sueño para proteger la salud física y emocional
de los adolescentes.
Respecto a la calidad del sueño Tabla 3, se
obtuvo que, en promedio, los estudiantes presentan un nivel moderado de
alteraciones del sueño. Si bien los puntajes promedio para las diferentes
dimensiones (inicio y mantenimiento del sueño, problemas respiratorios,
desórdenes del arousal, tránsito vigilia/sueño, somnolencia) están ligeramente
por encima de los puntos de corte establecidos, la variabilidad es
considerable. Esto indica que algunos estudiantes experimentan dificultades más
significativas que otros. En el caso de la dimensión "hiperhidrosis del
sueño" es la única en la que la mayoría de los estudiantes se sitúan por
debajo del punto de corte, lo que refleja que este no es un problema
generalizado en la muestra. La valoración global del sueño también indica que
muchos alumnos podrían tener dificultades con la calidad de su sueño. Además,
unido a esto, se obtuvo que más de la mitad de los adolescentes (58,5 %)
presentan posibles dificultades para dormir (Tabla 4). Esto indica que las
alteraciones del sueño son un problema común en esta población y merecen
atención.
En consonancia con los hallazgos previamente
descritos, la investigación de García et al. (2020) en adolescentes
españoles también reveló dificultades relacionadas con el sueño. En dicho
estudio, el 35,7 % de la muestra fue clasificada como "mala
durmiente", y la somnolencia emergió como la variable más alterada del
Índice de Calidad del Sueño de Pittsburgh. Si bien estos autores no encontraron
que ser un "buen" o "mal" durmiente afectara directamente
el rendimiento académico en su muestra, es importante considerar la perspectiva
de Díaz (2024), quien argumenta que la mala calidad del sueño puede
desencadenar trastornos inmunológicos, endocrinos, cardiovasculares y
neurológicos que debilitan la salud física y mental de los niños y
adolescentes. Esta perspectiva destaca la importancia de abordar los problemas
de sueño no solo por su impacto potencial en el rendimiento académico, sino
también por sus implicaciones más amplias para la salud y el bienestar a largo
plazo.
Finalmente, este estudio no reveló una
correlación significativa entre las alteraciones del sueño y las aptitudes
atencionales Tabla 5. Esta falta de asociación podría ser atribuible a diversos
factores metodológicos y contextuales, como el tamaño de la muestra analizada,
las características específicas de los instrumentos de medición empleados, o la
influencia de otras variables no consideradas en el diseño del estudio. Al
contrastar este hallazgo con la investigación de Wang et al. (2024) en
adolescentes chinos, se observa una concordancia en la identificación de una
correlación muy baja entre estas variables, lo que indica que la relación entre
el sueño y la atención podría ser más compleja y estar modulada por otros
factores culturales o individuales.
CONCLUSIÓN
Al analizarse la relación entre las aptitudes
atencionales y la calidad del sueño en una muestra de adolescentes de 12 y 13
años no se encontró una correlación significativa entre estas variables, aunque
más de la mitad de los adolescentes experimentan dificultades para dormir. Esto
indica que los problemas del sueño son comunes en esta población y podrían
tener efectos negativos en el rendimiento académico y el bienestar general.
Además, se observó una variabilidad considerable tanto en los patrones de sueño
como en las aptitudes atencionales entre los participantes. Esto destaca la
importancia de adoptar un enfoque individualizado al abordar estos problemas.
Ante los resultados obtenidos se considera pertinente
el desarrollo de intervenciones dirigidas a promover hábitos saludables
relacionados con el sueño entre adolescentes. Futuras investigaciones deberían
profundizar más a fondo sobre cómo factores específicos (como hábitos
nocturnos, uso excesivo o moderado de dispositivos electrónicos antes del
descanso, estrés académico debido a presión por rendir bien) influyen sobre
estas variables para mejorar la comprensión sobre cómo optimizar tanto el
descanso como el desempeño cognitivo durante esta etapa crítica del desarrollo
adolescente.
CONFLICTO DE INTERESES
Los autores declaran que no existe conflicto
de intereses para la publicación del presente artículo científico.
REFERENCIAS
BIBLIOGRAFICAS
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