REPSI - Revista Ecuatoriana de Psicología Volumen 4, Número 9, mayo-agosto 2021

https://repsi.org ISSN: 2661-670X

https://doi.org/10.33996/repsi.v4i9.57

pp. 119 133

 

Resiliencia en el confinamiento por el rebrote de COVID-19 en la comunidad San José

Resilience in confinement due to the outbreak of COVID-19 in the San José I community Resiliência em confinamento devido ao surto de COVID-19 na comunidade San José


Luisa Celestina Jiménez Cedeño

luisajimenezcedeno@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-8575-667X

Universidad Técnica de Manabí, Portoviejo, Ecuador

 

Leivi Jamilet Villamar Palacios

leivijvp94@gmail.com

https://orcid.org/0000-0001-8812-411X

Universidad Técnica de Manabí, Portoviejo, Ecuador


 

Inger Maitta

ingermaitta7@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-8695-5208

Universidad Técnica de Manabí, Portoviejo, Ecuador

 

Recibido: febrero 2021 / Revisado: marzo 2021 / Aceptado: abril 2021 / Publicado: mayo 2021

 

RESUMEN                                                                                                         

 


El objetivo principal de esta investigación   fue    determinar los niveles de resiliencia en el confinamiento por el rebrote de COVID 19 (Diciembre 2020- Enero 2021), en la comunidad San José I de la parroquia San Plácido de Ecuador. Se llevó a cabo la metodología descriptiva con un enfoque cuali- cuatitativo y el método inductivo para demostrar los niveles de resiliencia en el Confinamiento por el COVID-19 en esta comunidad. Para la recopilación de información se basó en una revisión bibliográfica y como instrumentos de medición se utilizó la Escala de Resiliencia SV-RES de Saavedra y una encuesta estructurada. Se concluyó que el confinamiento por el rebrote de COVID-19 no ejerce afectación en la resiliencia de las personas de la comunidad San José I de la parroquia San Plácido, esto debido a que las personas evaluadas presentan altos niveles de resiliencia, en su mayoría puntuando rangos medios y altos.

 

Palabras clave: Niveles de resiliencia; confinamiento; rebrote de COVID-19; comunidad; impacto

 

ABSTRACT

The main objective of this research was to determine the levels of resilience in the confinement due  to the outbreak of COVID - 19 (December 2020- January 2021), in the San José I community of the San Plácido parish of Ecuador.  The descriptive methodology was carried out with a qualitative- qualitative approach and the inductive method to demonstrate the levels of resilience in Confinement by COVID-19 in this community. Information gathering was based on a bibliographic review and the Saavedra Resilience Scale SV-RES and a structured survey were used as measurement instruments. It was concluded that the confinement due to the re-outbreak of COVID-19 does not affect the resilience of the people of the San José I community of the San Plácido parish, this because the people evaluated have high levels of resilience, mostly scoring middle and high ranges.

 

Key words: Levels of resilience; lockdown; outbreak of COVID-19; community; impact

 

RESUMO

O objetivo principal desta pesquisa foi determinar os níveis de resiliência no confinamento devido ao surto de COVID - 19 (dezembro de 2020 - janeiro de 2021), na comunidade San José I da paróquia San Plácido do Equador. A metodologia descritiva foi realizada com abordagem qualitativo-qualitativa e o método indutivo para demonstrar os níveis de resiliência em Confinamento pelo COVID-19 nesta comunidade. A coleta de informações foi baseada em  uma  revisão  bibliográfica  e   a Escala de Resiliência Saavedra SV-RES e um questionário estruturado foram usados como instrumentos de medida. Concluiu- se que o confinamento devido ao ressurgimento do COVID-19 não afeta a resiliência da população da comunidade San José I da freguesia de San Plácido, isto porque as pessoas avaliadas apresentam elevados níveis de resiliência, principalmente com pontuação média e faixas altas.

 

Palavras-chave: Níveis de resiliência; confinamento; surto de COVID-19; comunidade; impacto


 

 

 


INTRODUCCION

 

Por  la  presencia  del  COVID-19,  el  mundo entero atraviesa una situación sanitaria que dejó como  resultado  consecuencias  devastadoras  con el contagio de la población y muerte de algunos de  los  que  han  adquirido  este  virus,  colapsando el sistema de salud pública y con esta el estado emocional   de   las   personas.   Esta   pandemia denominada   COVID-19,   ha   generado   en   los individuos una ola de afectaciones a nivel psíquico, a lo que también están expuestos los habitantes de la comunidad San José I de la Parroquia San Plácido por el contagio ante el rebrote de este virus.

En tal sentido, es necesario tomar en cuenta que varias de estas personas requieren llevar un control de salud mental, debido a que optan en primera instancia de salvaguardar su integridad física (salvar su vida) dejando de lado las afectaciones psicológicas que se apoderan de las personas de la comunidad ante el confinamiento.

Durante el confinamiento, los dos factores que más afecta al bienestar físico y psicológico son la pérdida de hábitos y rutinas y el estrés psicosocial, de acuerdo al primer estudio que analiza el impacto psicológico de la cuarentena por COVID-19 en China (Wang, Pan et al., 2020).

Sin embargo, la resolución exitosa ante la adversidad presentada depende del nivel de resiliencia que tenga cada uno de los habitantes de la comunidad San José I, lo que permite disminuir el estrés, malestar, ansiedad y diversas alteraciones provocadas por el COVID-19, para así poder mejorar y elevar la calidad de vida. De la misma manera se consideró los efectos y las estrategias de afrontamiento que han surgido en los miembros de la comunidad San José I de la parroquia San Plácido a través de la experiencia durante el confinamiento por el rebrote del COVID-19.

Ante lo precedente, se planteó como objetivo general de investigación: Determinar los niveles de resiliencia en el confinamiento por el rebrote de COVID 19 (Diciembre 2020- Enero 2021), en la comunidad San José I de la parroquia San Plácido.

 

Como objetivos específicos se propusieron los siguientes:

 

          Identificar los factores resilientes en el confinamiento por el rebrote de COVID- 19 (Diciembre 2020 - Enero 2021), en la comunidad San José I de la parroquia San Plácido.

          Establecer los efectos del confinamiento por  el rebrote de COVID- 19 (Diciembre 2020 - Enero 2021), en la comunidad San José I de la parroquia San Plácido.

          Describir las estrategias resilientes de los habitantes de la comunidad San José I de la parroquia San Plácido, en el  confinamiento por el rebrote de COVID-19 (Diciembre 2020 - Enero 2021).

 

Se justifica el presente estudio, entre diversas razones de  impacto  contextual,  pues,  ante  esta compleja realidad, a través del estudio de investigación esta investigación se pudo abordar la relevancia de acciones psicológicas para mejorar la condición de vida de estos habitantes. Es necesario tener en cuenta, que el COVID-19 ha generado afectaciones de diferentes aspectos, la humanidad se encuentra golpeada y limitada por una pandemia que ha cambiado el estilo de vida de muchos, frenando o mutilando los sueños y aspiraciones de la gran mayoría de los seres humanos; pero que  con  el  profesionalismo  en  el tratamiento psicológico y los altos niveles de  resiliencia se logrará superar el estancamiento y salir victorioso de esta tragedia provocada por el COVID-19.

 

COVID- 19 pandemia global

A lo largo de la historia el mundo ha atravesado por varias pandemias y con estas el impacto negativo ha estado muy marcado debido a consecuencias devastadoras. Actualmente el rebrote del COVID-19 está presente en muchos países, los cuales se han visto perjudicados desde distintos aspectos de la salud física, salud mental, economía, educación, entre otros.

 

En el mes de diciembre de 2019, un brote de casos de una neumonía grave se inició en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. Los estudios epidemiológicos iniciales mostraron que la enfermedad se expandía rápidamente, que se comportaba más agresivamente en adultos entre los 30  y 79 años, con una letalidad global del 2,3% (Wu & McGoogan, 2020).

 

Esta enfermedad o síndrome respiratorio agudo severo tipo-2 (SARS-CoV-2) es  el causante del COVID -19 y pertenece a la familia Coronavirus, dividiéndose en: Alphacoronavirus, Betacoronavirus, Gammacoronavirus y Deltacoronavirus, algunos de estos son causantes de enfermedades en animales domésticos.

 

Los coronavirus son una amplia familia de  virus,  algunos  tienen  la  capacidad de  transmitirse  de  los  animales  a  las personas.   Producen   cuadros   clínicos que   van   desde   el   resfriado   común hasta enfermedades más graves, como ocurre  con  el  coronavirus  que  causó el  síndrome  respiratorio  agudo  grave (SARS-CoV)  y  el  coronavirus  causante del  síndrome  respiratorio  de  Oriente Medio (MERS-CoV)”. (MSP, 2020).

 

Este virus tiene un alto potencial de contagio y se transmite de forma rápida por medio de la tos, secreciones respiratorias de más de 5 micras que se pueden transmitir hasta los 2 metros de distancia, de la misma manera se produce cuando se tiene contacto con manos contaminadas, es decir, el contagio se da por contacto directo y cercano.


El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial  de  la  Salud  (OMS)  declaró  la pandemia   de   COVID-19,   exhortando a  todos  los  países  a  tomar  medidas  y aunar  esfuerzos  de  control  en  lo  que parece ser la mayor emergencia en la salud  pública  mundial  de  los  tiempos modernos”  (Adhanom,  2020  citado  en Díaz % Toro, 2020).

 

A raíz de esto Ecuador optó por medidas de bioseguridad  como  el  cierre  de  varios  servicios públicos,   suspensión   de   labores   presenciales, toque de queda, confinamiento, etc. Se marcaron medidas  que  mantuvieran  distanciados  unos  de otros  para  evitar  la  propagación  del  contagio, lo que en su mayoría no fue así, sin embargo se produjo el cambio de todo el sistema nacional y el estilo de vida de las personas.

 

Rebrote de Covid-19

El término rebrote consiste en un nuevo brote, en  este  caso  uno  más  fuerte  y  contagioso  de COVID-19 que se ha presentado en Ecuador estos últimos  meses  debido  a  tres  factores:  el  tiempo, el espacio y el número de personas que pueden estar involucradas. Haciendo referencia sobre las festividades y el clima, en diciembre del 2020 el Comité  de  Operaciones  de  Emergencia  Nacional (COE),  de  Ecuador,  pidió  a  las  221  alcaldías  del país suspender eventos públicos y privados, ante el  aumento  de  contagios  por  COVID-19.  Es  casi imposible frenar las actividades de la vida diaria, especialmente cuando los recursos son escasos y afectan la economía, en la gran mayoría de familias quien sale para buscar el sustento diario es el jefe de  hogar,  exponiéndose  al  contagio  del  virus  y exponiendo a toda su familia, se hizo referencia al  espacio  o  ambiente  en  el  que  el  individuo  se desenvuelve. Por otro lado al hablar del número de personas involucradas nos referimos al descontrol de estos, especialmente los jóvenes al no cumplir las  normas  de  bioseguridad  impuestas  para  la disminución del contagio. En Ecuador las ciudades con mayor cantidad de personas aglomeradas son Quito, Guayaquil, Cuenca y Portoviejo, aun cuando se exponen al peligro la sociedad no respeta el distanciamiento o las normas de bioseguridad.

Es evidente que la sociedad se encuentra afectada por esta situación, especialmente cuando las preocupaciones de un rebrote afectan  la salud mental dado que la población se encuentra afectada al querer recuperar la economía del país tratando de evitar el rebrote de contagios y no se llegue a las mismas consecuencias que en China donde inició el rebrote en Xinjiang.

El COVID-19 se ha propagado en gran magnitud pero a diferencia de los primeros meses de la llegada de este virus, es menos letal, los casos graves y la mortalidad son bajos, debido a que al inicio afectó a la población más vulnerable, además porque el sistema sanitario no contaba con los recursos necesarios para enfrentar una crisis sanitaria.

 

Confinamiento frente al COVID - 19

Desde  que  el  COVID  -  19  se  desató  a  nivel mundial,  todos  los  países  o  la  mayoría  de  ellos habían declarado estado de excepción, exigiendo normas que ayuden a la erradicar el contagio de esta cepa, Ecuador por su parte también declaró estas normas, una de ellas fue el confinamiento. Según la Real Academia Española (RAE) mencionan que el confinamiento es el “Aislamiento temporal y generalmente impuesto de una población, una persona  o  un  grupo  por  razones  de  salud  o  de seguridad”. El Gobierno de Ecuador tras la llegada del  virus  SARS-CoV-2  (COVID-19)  lo  impuso  para toda la ciudadanía por primera vez el 12 de marzo de 2020 como una de las medidas de seguridad por la emergencia sanitaria.

“El confinamiento es un plan de intervención comunitario que implica permanecer refugiado el mayor tiempo posible” (Sánchez y De La Fuente, 2020). Junto a esto se toman y combinan estrategias que segreguen a las personas para no exponerse al contagio, además del confinamiento se utilizan métodos como el distanciamiento social, el uso de mascarillas, suspensión de eventos, restricción vehicular, entre otras, pero así como se toman medidas para la seguridad ciudadana se descuidan otras, el ser humano al ser un ente social no puede estar por mucho tiempo sin contacto con  su medio, esto provoca que empiece, en ciertos casos, a experimentar las reacciones producto del aislamiento.

 

Efectos del confinamiento

Si bien la pandemia ha perjudicado la vida de las personas, el confinamiento que se ha tomado a raíz de esto ha provocado que en el mundo entero se  presente  un  alto  porcentaje  de  repercusiones nivel   financiero,   social,   físico,   psicológico, emocional, etc. que se han manifestado de diversas formas  en  cada  persona,  “aparte  de  los  efectos psicológicos negativos debidos directamente a las condiciones del confinamiento, las características de  la  propia  pandemia  y  los  múltiples  factores asociados  cualifican  al  confinamiento  como  una adversidad de elevado estrés psicosocial” (Sandin et al.,2020). Estas repercusiones generadas por el confinamiento y el COVID -19 impactan la salud mental   de   los   individuos,   que   al   encontrarse vulnerables  ante  esta  crisis  tienden  a  presentar problemas  psicológicos  y  emocionales  a  niveles más altos.

Existen evidencias que determinan que el confinamiento deteriora la salud mental, “Las enfermedades mentales afectan a gran parte de la población durante y después de la cuarentena, existen los siguientes estresores, que son parte de esta experiencia y pueden generar estos cuadros: el periodo de duración de la cuarentena, el miedo de infectarse o infectar a otros, la frustración o aburrimiento debido al confinamiento o pérdido de rutina, así como la pérdida de contacto social y físico con otros”. (Espinosa, et al, 2020). Esto quiere decir que el tiempo es de gran importancia para quienes se encuentran recluidos, mientras mayor sea su prolongación mayor será la afectación, de la misma manera, el miedo al contagio especialmente cuando son parte de los grupos vulnerables. Según Balluerca y otros autores (2020) refuerzan que:

 

los factores que más afectan al bienestar físico como el psicológico son, la pérdida de hábitos y rutinas, la instauración de otros poco saludables y el estrés psicosocial; de acuerdo con el primer estudio que analiza el impacto psicológico de la cuarentena por COVID-19 en China.

 

Como es bien sabido  la  parte  psicológica  es la que mayor afectación tiene durante el confinamiento, pero esta se entrelaza por problemas relacionados a otras áreas del individuo, como son:

Efectos económicos y/o laborales: Con el confinamiento la economía se paralizó, las más afectadas fueron las personas de escasos recursos, es decir, los más vulnerables, muchos quedaron sin empleo, por ende sin sueldo, debido al cierre de empresas o instituciones, y sin ahorros es complicado pasar una crisis con estas medidas. Aproximadamente hubo pérdidas de hasta 750 mil empleos y la pobreza aumentó un 10%.

Efectos psicosociales: “El estado emocional de un sujeto puede verse afectado por la exposición al sufrimiento, las quejas y otras expresiones emocionales de sus contactos sociales, lo que significa que el estado de ánimo y el estrés pueden propagarse de persona a persona, por un proceso llamado   “contagio   emocional”.    (Bartholomew & Zaldivar, 2018). A causa del cambió de las actividades rutinarias con el confinamiento, por ejemplo la asistencia a las instituciones educativas y laborales, salir a fiestas, reunirse con amigos o colegas, etc, y ya que el ser humano es un ente social, las personas presentan mayor sensación de soledad, especialmente las de tercera edad, a pesar de que se utilizan diferentes medios para mantener la comunicación (WhatsApp, Facebook, Instagram , Zoom, etc.) la ansiedad ha reinado en este tiempo. La carencia de contacto social y la sensación de soledad y aislamiento son factores que afectan también en la salud mental de las personas.

Efectos   familiares:   Durante   este   tiempo   de confinamiento  las  relaciones  familiares  se  han desarrollado  de  la  mejor  manera,  los  vínculos afectivos   se   han   fortalecidos,   ya   que   juntos atraviesan  la  misma  situación,  sobrevivir  a  esta pandemia  se  ha  convertido  en  un  reto  familiar. Aunque no en todos los casos ha sido igual, debido al estrés provocado por las nuevas responsabilidades del hogar, las intensas preocupaciones que rodean a la familia, y muchas más, estas se han visto en la  obligación  de  desplegar  nuevos  modos  de convivencia,  al  igual  que  se  han  desarrollado nuevos  modos  de  violencia,  ya  sea  en  hogares donde  no  existía  la  misma  o  el  incremento  en familias   que   anteriormente   presentaban   una relación violenta. En Ecuador en el mes de abril del 2020 según registros del ECU 911 la violencia aumentó a un 47% y sigue creciendo el porcentaje, la mayor parte de estas llamadas fueron realizadas por mujeres que denunciaron casos de violencia en su hogar.

Efectos fisiológicos: Existen tres razones por las cuales se presenta este tipo de afectación: 1. Las personas vulnerables que han presentado síntomas del COVID - 19 u otras enfermedades. 2. Las personas que debido al confinamiento han  desarrollado una pérdida de  hábitos  y  rutinas,  por  ejemplo el sedentarismo, los malos hábitos alimenticios, abuso de horas frente a dispositivos electrónicos, inactividad física, etc., lo que ha causado consecuencias en el cuerpo; 3. Debido a factores psicológicos  como  el  estrés  y  la  ansiedad  que provocan el aumento del ritmo cardiaco y/o tensión arterial, lo cual el mantenimiento de esta situación a  largo  plazo  provoca  consecuencias  físicas  de gran magnitud, estas afectaciones psicológicas que ya de por si provocan en el individuo alteraciones del sueño, alteraciones gastrointestinales, cambios hormonales, etc., también pueden afectar a nivel músculo -esquelético.

Efectos    emocionales    y    psicológicos:    Ciertas reacciones  emocionales  como  estrés,  ansiedad, agobio,  miedo  y  ansiedad,  incluso  angustia  o irritabilidad,  son  normales  durante  este  tiempo debido  a  la  situación  que  atraviesa  el  mundo entero  por  causa  de  la  pandemia  (COVID-19)  y sus medidas preventivas, estos síntomas trabajan como  mecanismos  de  defensa  ante  la  crisis,  “el conjunto   de   emociones   negativas   de   miedo, ansiedad  y  preocupación  suele  darse  de  forma mixta en situaciones de elevado estrés psicológico y  ante  amenazas  de  naturaleza  impredecible  e incontrolable”   (Sandín,   2009,   citado   en   Abate, Urtecho & Agüero, 2020), como la crisis y las medidas que se usan para salvaguardar la vida, pero que además se toman como causas de sintomatologías que   perjudica   la   salud   mental,   provocando emociones como estrés, desesperación, nostalgia, alteraciones  del  sueño,  alteraciones  de  atención y     concentración,     impotencia,     agotamiento, frustración, irritabilidad, etc. De la misma manera pueden  manifestarse  o  empeorar  los  trastornos mentales,  la  ansiedad,  el  estrés  y  la  depresión son los que más se han desarrollados durante el confinamiento  y  en  personas  con  diagnósticos psiquiátricos  pueden  agravar  el  estado  de  salud mental.

El trastorno adaptativo es otra de las afectaciones que por una parte se considera normal ante los estímulos estresores producidos por la pandemia, pero si sus síntomas no cesan en pocos meses pueden empeorarse, generando nuevos trastornos. “Los trastornos  adaptativos  se encuentran en  el  límite  entre  la  normalidad y la patología mental, es decir, que son una especie de puente entre las personas que logran adaptarse a la nueva condición y las que se sienten sobrepasadas por lo que está aconteciendo y desarrollan trastornos psiquiátricos” (Muñoz, et. al, 2020). En muchas personas el consumo de  alcohol y sustancias ha aumentado tomando esta acción como manera de afrontar los miedos que atraviesan por la pandemia, lo que causa que la ansiedad y la depresión incremente.

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es uno de los trastornos que se pueden presentar a futuro, provocando pensamientos intrusivos frecuentes, conductas de evitación, alteraciones cognitivas y del estado de ánimo, conductas impulsivas, irritabilidad, etc. De la misma manera los trastornos depresivos, el estrés agudo, trastornos psicosomáticos o conductas suicidas, pueden exteriorizarse durante esta época.

 

Conceptos de resiliencia

A lo largo del tiempo varios autores han estudiado la resiliencia y sus definiciones han evolucionado a medida que el conocimiento científico ha aumentado. Luthar (2000, citado en Ascencio, 2015) se refiere a un “proceso dinámico que abarca la adaptación positiva dentro del contexto de una adversidad significativa”.

Osorio y Romero (2003, citado en Ascencio, 2015), refierenqueesla“capacidaduniversaldetodo ser humano de resistir ante condiciones adversas y recuperase, desarrollando paulatinamente respuestas orientadas hacia la construcción  de un ajuste psicosocial positivo al entorno, a pesar de la existencia simultánea de dolor y conflicto intrapsíquico”.

Richardson,   Neieger,    Jensen   y    Kumpfer (1990) definen la resiliencia como “el proceso de afrontamiento con eventos vitales desgarradores, estresantes o desafiantes de un modo que proporciona al individuo protección adicional y habilidades de afrontamiento que las que tenía previa a la ruptura que resultó desde el evento” (Ivorra, 2017), de la misma manera Quishpe (2019) da un concepto más actualizado, este autor menciona que “La resiliencia puede ser entendida como una medida de la capacidad para afrontar  el suceso estresante, debido a que no solo se refiere a resistir la situación amenazante, sino a su vez mantener el equilibrio sin que afecte la vida diaria”, se puede considerar a este concepto como semejante a la supervivencia, ya que la persona enfrenta sucesos muy difíciles y sale triunfante  en la vida. La resiliencia se refiere a la adaptación positiva, o la capacidad de mantener o recuperar la salud mental, a pesar de haber experimentado adversidades, una persona resiliente no está exenta de presentar estrés, es decir no es invulnerable, sino lo que marca esta capacidad es la habilidad con que se recupera o afronta el evento negativo, así lo menciona Muñoz (2020).

Ser resiliente no significa ausencia de malestar, dolor emocional o dificultad ante las adversidades tales como la muerte de un ser querido, una enfermedad grave, la pérdida del trabajo, problemas socio económicos y otros que generan impacto, y que producen una sensación de inseguridad, incertidumbre y dolor emocional. Las personas logran, por lo general, sobreponerse a esas situaciones y adaptarse bien a lo largo del tiempo; el camino que lleva a la resiliencia implica enfrentarse a factores estresantes y a malestares emocionales; de esta forma las personas sacan la fuerza que les permiten seguir con sus vidas frente a la adversidad, lo cual implica una serie  de conductas y formas de pensar que los seres humanos aprenden a desarrollar.

 

Existen varias definiciones sobre la resiliencia, algunas  de  estas  marcan  a  la  misma  como un rasgo  personal  que  opera  después  de  un  solo trauma   de   corta   duración,   pero   la   diferencia es   que   esta   capacidad   es   una   dinámica   en proceso,  debido  a  que  puede  variar  a  lo  largo del tiempo, dependiendo las etapas y sucesos de la vida, manifestándose en conductas y patrones adaptativos. Según Masten (2018) “la resiliencia es una característica propia del desarrollo evolutivo y, por tanto, puede observarse en todas las personas en mayor o menor medida”, comparándose con el desarrollo Darwiniano centrándose en lo selectivo, fortalezas  o  activos,  adaptándose  el  sujeto  al estímulo  rodeado  para  aumentar  la  capacidad de aprendizaje y afrontamiento no solo de forma individual,  sino  que  además  de  manera  social  y así transformarse al cambio global. Para Saavedra et al. (2015) “la resiliencia es dinámica y está en constante   desarrollo,   mediante   la   interacción entre los sujetos y su entorno, no es una condición absoluta”. Por lo tanto, la resiliencia se refiere a la capacidad de un sistema para continuar en su estado  actual  de  desempeño  mientras  enfrenta interrupciones y cambios, se adapta a los desafíos futuros y se transforma de manera que mejore su funcionamiento.

Tipos de resiliencia Resiliencia individual

Es tomada como la principal entre los otros

tipos de resiliencias, representa al potencial que  el ser humano tiene para surgir victorioso ante experiencias adversas, complejas o difíciles, incluye comportamientos, pensamientos y acciones que promueven la salud mental, así como lo menciona Villegas (2017) “es la capacidad que posee un individuo de sobreponerse ante cualquier situación adversa. Para ello es necesario que posea unas determinadas características: Autoestima, humor, entusiasmo, seguridad, confianza, estrategias para resolver conflictos etc”. Desarrollar la capacidad resiliente ayuda a que el individuo se adaptarse y recupere ante un estímulo estresor.

 

Resiliencia familiar

(Villegas, 2017) “Es la capacidad que tiene una familia de sobreponerse a cualquier adversidad, unidos y contando con el apoyo de los unos  los otros, para ello es necesario que haya una estabilidad y armonía familiar, se tengan en cuenta las opiniones de los individuos que la integran etc”, fortalece al sistema para superar adversidades futuras como una unidad funcional, debido a que la familia se mueve como un sistema lo que le afecta a un individuo puede alterar todo el conjunto, ya que en ocasiones no afecta tanto a la familia el hecho traumático sino la representación que se tiene de este.

 

Resiliencia social

Este término hace referencia a la “la capacidad que tiene el entorno de superar los problemas, aprender de los errores etc., contando con el apoyo conjunto y la cooperación de los individuos que integran ese grupo social” (Villegas, 2017), mejora su estructura, fortaleciendo los recursos con los que la comunidad cuenta, influyen en esta las respuestas psicosociales así como las individuales. Este tipo de resiliencia se presenta ante impactos sociales como atentados, conflictos colectivos, terremotos, inundaciones, pandemias, de la misma manera una represión política y otras, que afectan a la sociedad en general.

 

MÉTODO

 

La presente investigación fue de tipo descriptiva ya que permitió llevar un registro, análisis e interpretación de la naturaleza actual y la composición o procesos de los fenómenos. Así mismo, presenta un enfoque mixto porque permite obtener la recolección de datos y análisis de manera cuantitativa y cualitativa.

En cuanto a la identificación de las variables se concretó lo siguiente:

 

¯    Variable Independiente: Resiliencia

¯    Variable   Dependiente:     Confinamiento    por rebrote de COVID-19

RESULTADOS

 

Para el desarrollo de esta investigación se contó con la aprobación del presidente de la comunidad San José I de la parroquia San Plácido, evaluando y obteniendo los resultados mediante la aplicación de la escala de resiliencia SV-RES y la encuesta estructurada, al comenzar la aplicación de dichos instrumentos se explicó a cada una de las personas el objetivo de la investigación.

Los primeros resultados se corresponden a la Escala de Resiliencia utilizada, y a continuación, se encuentra el análisis a los resultados obtenidos mediante la encuesta semiestructurada aplicada; finalmente, se halla la explicación por parte de   las autoras de la investigación, contrastando los resultados de los instrumentos aplicados con anterioridad, dando de esta manera respuesta a los objetivos planteados inicialmente en el trabajo.

 

Escala de Resiliencia SV-RES de Saavedra

 

¯ Objetivo específico: Identificar los niveles de resiliencia en el confinamiento por el rebrote de COVID- 19 (Diciembre 2020 - Enero 2021), en la comunidad San José I de la parroquia San Plácido.


 

 

 


Dentro del proceso de investigación sobre resiliencia en el confinamiento por el rebrote de Covid-19 en la comunidad San José I de la parroquia San plácido, se utilizaron varios instrumentos para poder obtener información sobre la situación de la comunidad, uno de los instrumentos aplicados en este proceso fue el Test de Resiliencia SV-RES de Saavedra, en el que se obtuvieron los siguientes resultados (Tabla 1), el nivel de resiliencia alto fue de 53%, mientras que el nivel de resiliencia medio fue 39%, por lo consiguiente el nivel de resiliencia bajo fue de 8%, lo que indica que los habitantes de esta comunidad en su gran mayoría tiene la capacidad de afrontar las adversidades que se presenten en la vida, a pesar de que seguimos con el confinamiento por el rebrote del COVID-19 no se muestran con actitudes negativas, lo que les permite avanzar en su diario vivir a pesar de las limitaciones por el confinamiento.


 

Tabla 1. Resultados de escala SV-RES de Saavedra.

 

 

Nivel de resiliencia

Porcentaje de los niveles de resiliencia en la comunidad San José I de la Parroquia “S.P.”

Alto

53%

Medio

39%

Bajo

8%

 

Tabla 2. Factores de la Resiliencia.

 

Yo soy, yo estoy

Identidad

Autonomía

Satisfacción

Pragmatismo

Total

 

25%

25%

25%

25%

100%

Yo tengo

Vínculos

Redes

Modelo

Metas

Total

 

25%

25%

25%

25%

100%

Yo puedo

Afectividad

Autoeficacia

Aprendizaje

Generatividad

Total

 

25%

25%

25%

25%

100%

 

 


Análisis e interpretación

Por otro lado, se pueden observar los porcentajes de los 12 factores de resiliencia propuestos en el test SV-RES, en el que se abordan los diversos niveles que contribuyen a la formación de la resiliencia como el “Yo tengo” que corresponde al entorno social, el “Yo soy” y “Yo estoy” que se refiere a la fuerza psicológica interna del sujeto y el “Yo puedo” que correspondiente a las habilidades en las relaciones con los otros.

Dentro del nivel “yo soy, yo estoy”, se observa en la tabla 2 que el factor de identidad que presenta el porcentaje con un 25%, que habla sobre los juicios generales que el sujeto define sobre sus valores culturales de un modo estable, le sigue el pragmatismo con un 25%, que refiere a la forma que el sujeto interpreta las acciones que realiza. La autonomía con un 25% que hace referencia a los juicios del vínculo del sujeto consigo mismo    y su aporte con el entorno social y cultural y la satisfacción con un 25% que representa a las formas de interpretar las situaciones adversas.

En el nivel “Yo tengo” se distingue un porcentaje de 25% en vínculos que representa a los juicios del individuo sobre las redes sociales con raíces en su historia personal. También se destaca un puntaje medio con el 25% en redes que hace referencia a los juicios del individuo con respecto al vínculo afectivo que tiene con el entorno. Se menciona también un 25% en modelo que son los juicios del sujeto sobre la convicción de las redes sociales cercanas y su apoyo para la superación de situaciones adversas y se observa también un 25% en metas que son los juicios del valor contextual de las metas y redes sociales sobre la situación problema.

En el nivel “Yo puedo” se observa un 25% en afectividad que refiere al juicio de las posibilidades sobre mismo y su vínculo con los demás. También se evidencia el 25% en autoeficacia que refiere a las posibilidades de éxito que las personas reconocen de mismo ante los problemas, también se obtuvo el 25% en aprendizaje que se refiere al valor de las personas sobre las situaciones adversas y un posible aprendizaje y un 25% en generatividad que representa a la posibilidad que los habitantes de la comunidad identifican para pedir ayuda a otras personas en situaciones problemáticas.

 

Resultados de escala SV-RES de Saavedra  por dimensión

Los  resultados  de  los  factores  YO  SOY,  YO ESTOY   de   la   Dimensión   1-identidad   sobre   la comunidad San José I de la parroquia san plácido indican los siguientes resultados, alcanza un mayor número  de  personas  en  promedio  de  nivel  de resiliencia alto con un 60%, mientras que un nivel de resiliencia medio con un 30%, y por otra parte un nivel de resiliencia bajo con un 10%.


 

 

Gráfico 1. Dimensión Identidad (Fuente: Comunidad San José I de la parroquia San Plácido).

 


 

Los derivados de los factores YO SOY, YO ESTOY de la Dimensión 2-Autonomía sobre la comunidad San José I de la parroquia San Plácido indican los siguientes resultados, alcanza un mayor número de personas en promedio de nivel de resiliencia alto con un 56%, mientras que un nivel de resiliencia medio con un 32%, y por otra parte un nivel de resiliencia bajo con el 12%.


 

 

 

 

Gráfico 2. Dimensión Autonomía (Fuente: Comunidad San José I de la parroquia San Plácido).

 

 


 

Los  resultados  de  los  factores  YO  SOY,  YO ESTOY  de  la  Dimensión  3-Satisfacción  sobre  la comunidad San José I de la parroquia San Plácido indican los siguientes resultados, alcanza un mayor número  de  personas  en  promedio  de  nivel  de resiliencia alto con un 62%, mientras que un nivel de resiliencia medio con un 20%, y por otra parte un nivel de resiliencia bajo con el 18%.


 

 

Gráfico 3. Dimensión satisfacción (Fuente: Comunidad San José I de la parroquia San Plácido).


 

 

 


Los resultados de los factores YO SOY, YO ESTOY de la Dimensión 4-Pragmatismo sobre la comunidad San José I de la parroquia San Plácido indican los siguientes resultados, alcanza un mayor número  de  personas  en  promedio  de  nivel  de resiliencia alto con el 66%, mientras que un nivel de resiliencia medio con un 32%, y por otra parte un nivel de resiliencia bajo con el 2%.


 

 

 

Gráfico 4. Dimensión Pragmatismo. (Fuente: Comunidad San José I de la parroquia San Plácido).

 

 


Los resultados de los factores YO TENGO de la dimensión 5-Vinculos sobre la comunidad San José I de la parroquia San Plácido indican los siguientes resultados, alcanza un promedio en personas de nivel de resiliencia alto con el 38%, mientras que un nivel de resiliencia medio con un 52%, y por otra parte un nivel de resiliencia bajo con el 10%.


 

 

Gráfico 5. Dimensión Vínculos Personas. (Fuente: Comunidad San José I de la parroquia San Plácido).


 

 

 


Se deduce de los factores YO TENGO de la dimensión 6-Redes sobre la comunidad San José I de la parroquia San Plácido indican los siguientes resultados: alcanza un promedio en personas de nivel de resiliencia alto con el 66%, mientras que un nivel de resiliencia medio con un 24%, y por otra parte un nivel de resiliencia bajo con el 10%.


 

 

 

 

Gráfico 6. Dimensión Redes. (Fuente: Comunidad San José I de la parroquia San Plácido).

 

 


Lo derivado de los factores YO TENGO de la dimensión 7-Modelos sobre la comunidad San José I de la parroquia San Plácido indican los siguientes resultados, alcanza un promedio en personas de nivel de resiliencia alto con el 28%, mientras que un nivel de resiliencia medio con el 64%, y por otra parte un nivel de resiliencia bajo con el 8%.


 

 

Gráfico 7. Dimensión Modelos Personas. (Fuente: Comunidad San José I de la parroquia San Plácido).


 

 

 


CONCLUSIONES

 

Se pudo llegar a concluir que durante el período de confinamiento por el rebrote de COVID-19, los habitantesdelacomunidad San Joséldelaparroquia San Plácido presentaron varios efectos a nivel psicológico como miedo, nerviosismo, ansiedad, fatiga, etc, esto desencadenado especialmente por el impacto económico y laboral, así como el estado de la pandemia misma durante este periodo. A pesar de la afectación emocional que se produjo por el Confinamiento, los habitantes de dicha comunidad resaltan presentar buena salud mental, la misma que se ve reflejada en los resultados de los niveles de resiliencia obtenidos, logrando así manejar adecuadamente sus emociones haciendo que estos efectos no interfieran en su bienestar.

La preocupante situación que atraviesa el mundo entero ha llevado a los habitantes de la comunidad San José 1 de la parroquia San Plácido desarrollar alternativas saludables para poder soportar la situación y los efectos causados por   la pandemia, Estos han aplicado consciente o inconscientemente estrategias de afrontamiento que permiten mantenerse conectados a la realidad sin que afecte su salud mental. La mayoría de estrategias  desarrolladas   involucran   estilos   de manejo de emociones, siendo expresivos y empáticos consigo mismos y con los demás, las prácticas religiosas o espirituales son otras que han tenido bastante peso durante este tiempo, de la misma manera los estilos que van directamente a la acción cómo realizar ejercicios físicos, buscar diversiones, planificar soluciones, entre otras, todo esto ha contribuido para que la población sea resiliente y se mantenga estable durante esta y posibles futuras adversidades.


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